jueves, 27 de septiembre de 2007

Fayn


Bienvenidos a mi mundo. Pasad, hermanos, y poneos cómodos; cambiad vuestras botas por estas zapatillas de seda. Hay pan sobre la mesa, y sopa en el caldero. Huele bien, ¿a que sí? Es el aroma de la Libertad, que se confunde con el de las brasas. Venid, acercaos a la ventana y mirad afuera. ¡Qué hermosa alfombra tejida de oro y cobre! Toda una constelación de hojas caídas de estos árboles que ahora nos saludan. Sentid sobre vuestros rostros las caricias de los últimos destellos del Sol benigno. Cantan los pájaros en vuestro Honor.

Pero ¡por favor! Sentaos a la mesa; os serviré cerveza, y hablaremos al amor de la lumbre. Pronto estará lista la sopa, y podreis descansar. La madera es acogedora, y ya he preparado unos camastros de heno. No es mucho lo que os puedo ofrecer, pero sabeis bien que mi pequeño mundo es también vuestro.

Ya humea el caldero; la Felicidad se esconde detrás de cosas pequeñas. Tomad las cucharas.

¿Os fijais? Callan los pájaros, hablan los grillos. Esta noche encenderé en el Firmamento una bella Estrella que brillará sólo para nosotros, sólo en Nuestro Mundo...

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