miércoles, 6 de febrero de 2008

De todo un poco...


...como en la botica. Como diría nuestro amigo Jack El Destripador, vayamos por partes.

AYUDA Y CABALLEROSIDAD

Yo no sé vosotros, pero yo cuando ayudo a alguien lo hago desinteresadamente. Es cierto que en alguna ocasión lo hicimos, hemos hecho, hacemos o haremos por interés, y teniendo en cuenta beneficios que nos pueda reportar en un futuro nuestra acción. Pero os juro que el 99,99% de las veces mi ayuda es totalmente desinteresada.

Os contaré mi caso. Alguien a quien no conozco (a partir de ahora X), amigo de confianza de otra persona muy cercana a mí (a partir de ahora P), me ha prestado su ayuda en un tema bastante importante.
A mí me han enseñado que es de bien nacido ser agradecido; en seguida pensé obsequiar a X y P con sendas botellas de Ribera del Duero Gran Reserva del ’95, bodega de prestigio, casi 60€ por botella.
Cuando el tema quedó resuelto se me presentó la ocasión, y contacté con esta persona X casualmente, y le mostré mi agradecimiento, en la medida que las palabras permiten hacerlo. X me dijo que me dejase de gracias, y que le debía una comida. “Ok”, pensé. Invito a comer a X y P en lugar de comprarles el vino.
Ya me pareció algo grosero que alguien a quien conozco me “exija” una invitación a comer. Joder, soy yo el agradecido, déjenme que agradezca como me dé la gana ¿no? Aún así, hablo con P y le comunico mi intención de que en breve vayamos a comer a un buen restaurante cercano a mi casa X, P y yo. Pues no.
Resulta que si X me exigía invitarle a comer a modo de agradecimiento (es alguien a quien conozco, quiero recalcar, me parece ridículo sentarme a la mesa con alguien con quien no tengo nada de qué hablar), ahora P me exige que también invite a la mujer de X, y a otra persona conocida de P (a partir de ahora PPHDLGP) a quien odio con todas las fuerzas que me permite mi forma de ser. Le digo a P que ni de coña, que ya no sólo es grosera toda la situación, que ya no sólo no pintan nada la mujer de X y PPHDLGP, sino que es que además no puedo invitar a tanta gente, pues no soy el Banco de España; no me lo puedo ni quiero permitir.
Pues para añadir más surrealismo a todo este rollo, me entero hace dos días de que es una imposición de X que al menos PPHDLGP asista a esa comida, y que si no es así, él no se presenta a la misma. Y además dice que si lo llega a saber, no me ayuda...

Veamos. Tal vez soy yo, que no me entero de cómo funciona el mundo.
Tal vez es mi culpa pero... ¿puede decirme alguien de qué coño están hablando?
No lo entiendo.
Me siento absolutamente humillado, me siento como si hubiese tenido que rogar una ayuda que no he pedido, y que creía desinteresada, y que encima ahora decepciono a alguien porque estoy haciendo algo mal.
¿Qué estoy haciendo yo mal?
¿Qué esperaba X de mí? Que si lo llega a saber, no me ayuda. Si llegas a saber ¿qué? ¿Que no quiero invitar a comer a alguien a quien odio, como PPHDLGP?
¿Quién eres tú, X, para exigirme a mí en qué gastarme mi dinero?
¿Para qué o por qué ayudas tú a la gente? ¿Para sentirte moralmente por encima de ellos? ¿En plan gallito? ¿Para demostrar y ejercer tu poder?
Perdonadme, pero no entiendo nada. Y me siento humillado, porque encima de todo esto he de enterarme por terceros, ya que se me critica a las espaldas.
Ayuda y Caballerosidad.
¡Idos a la mierda!

SEIS AÑOS Y OCHO MESES

Es el tiempo que he llevado mi piercing en la lengua. Ayer me lo quité con motivo de la endodoncia que me practicaron, y al salir de la clínica lo tiré a la basura.

No sé muy bien cuáles fueron los motivos que me llevaron a perforarme la lengua, ni cuáles me han llevado a deshacerme del piercing ahora. Lo cierto es que tanto los tatuajes como los piercings me han llamado siempre la atención, siempre me han resultado atractivos visualmente.

Recuerdo perfectamente aquel día de mayo del 2001.
Puede ser que al ser tres los que nos lo hicimos nos animásemos los unos a los otros; de otra manera, creo que me hubiese dado miedo entrar en el centro de tattoos.
No me molestó en exceso, y ciertamente me sentí bastante contento, pues me gustaba cómo me quedaba. Imagino que me daba un aire “roquero” o algo así, jeje, ya sabéis.

Pero bueno, ha pasado mucho tiempo desde entonces, y lo cierto es que no puedo decir que me haya cansado del tema. Simplemente, creía oportuno no volver a ponérmelo.
Tal vez como una forma de dejar atrás una etapa de mi vida. Pudiera ser...

En cualquier caso, no me arrepiento de lo que hice, ni de lo que he hecho.
Adiós, lengua perforada. Hola, lengua primigenia.

LA TV ME ALUCINA: BICICLETAS Y BORRACHOS

Gracias a mi amigo The Rake me entero del ya famosísimo caso de Enaitz: el chaval circulaba con su bicicleta cuando un automóvil le arroyó, matándole...
Pero, ¿qué pasó realmente? ¿Puede alguien decírmelo?
Porque no he sido capaz de encontrar la misma noticia dos veces en la web, ni de escuchar lo mismo dos veces en TV.
Lo único en lo que todo el mundo está de acuerdo es en que el personaje que atropelló a Enaitz y más tarde denunció a los padres de éste para reclamarles la cuantía de los daños de su caro vehículo es un cerdo asesino que circulaba borracho y por encima de la velocidad permitida.
Yo no estuve allí y poco puedo juzgar lo que no he visto. Pero puedo sacar al menos tres conclusiones de todo esto que se lleva diciendo y debatiendo desde hace días. Trataré de explicarme bien para que no se malinterpreten mis palabras.

Uno: los medios en general y la TV en particular han hecho del caso un ejercicio del más burdo sensacionalismo barato. ¡Qué tratamiento de la muerte de un chico de 17 años! Absolutamente nauseabundo, parcial y premeditado. Porque lo que me parece curioso es que en todos los medios se ha tratado del tema partiendo de verdades universales como que el tío circulaba a grandísima velocidad (hasta 173km/h) y borracho, alienando la opinión del personal. Pero que yo sepa...

Dos: eso está por demostrar, ya que es la versión que (comprensiblemente) defienden los padres del chaval quienes dicen contar con nuevas pruebas, y que por eso lucharán para reabrir el caso y que el tío éste del Audi sea juzgado y procesado. Pero hasta que se demuestren estas cosas (la alta tasa de alcoholemia y los ciento setenta y pico kilómetros por hora) hay un atestado policial que no dice eso, y que de momento es válido. Porque me parecen dos hechos totalmente diferenciables y diferenciados: una cosa es que el tío condujese pasándose las normas por el forro, y otra cosa es que el chaval de la bici incumpliese también alguna medida vial. Porque, ¿qué diríamos si Enaitz se hubiese saltado un “stop”? ¿Seguiría siendo el chulo del Audi el asesino?
Me pondré como ejemplo: antes de ayer circulaba por el carril derecho de una vía ancha en Móstoles. El límite de velocidad es de 50km/h, pero yo circulaba a 60km/h, ¿ok? Con lo cual estaba excediendo el límite de velocidad. De repente surgió un tío que cruzó un paso de cebra (estando en color rojo el muñecote del semáforo, verde para mí) estando yo a pocos metros, obligándome a frenar considerablemente para no atropellarle. En caso de haberlo hecho, ¿sería yo un asesino? Circulaba más deprisa de lo que debía, ¿no? Yo desde luego lo tengo claro: la culpa habría sido completamente suya, porque yo sí tenía permiso para estar circulando, pero él tenía la obligación de estarse quietecito, independientemente de la velocidad a la que yo circulase.
Con esto lo que quiero expresar es que en mi opinión, si Enaitz se saltó un “stop” (que no digo que lo hiciese, sólo formulo este condicional porque es una de las versiones que he leído en algún foro de la red, aunque no he podido confirmarlo) el tío del Audi no lo asesinó: se mató él solito.
Sin embargo, esto no impediría que el menda del Audi...

Tres: sea un gilipollas integral y un cretino de primera. ¿Quién coño denuncia a los padres de un chaval que ha muerto bajo las ruedas de su coche, sea de quien sea la culpa? Denota una falta de humanidad, de empatía, de respeto... me faltan las palabras. Sigo con el ejemplo de antes: si yo hubiese atropellado a ese tío que se pasó el muñeco rojo por los huevos, y él hubiese fallecido, no hubiese sido mi culpa, eso lo tengo claro. ¡Pero tampoco le habría reclamado a su familia los daños de mi coche! Me habría peleado hasta el infinito con mi seguro, me hubiese tocado joderme y comprarme otro coche... Pero en ningún caso hubiese denunciado a sus padres. Me parece increíble.
El tío éste del Audi (parece un hecho probado y comprobable que posee un interesante historial de multas por excesos de velocidad y positivos en alcohol) ha demostrado ser un ente execrable, un impresentable y un prepotente, amén de un paleto chulesco: las entrevistas en las que se reía del tema haciéndose la víctima lo evidencian, y sus palabras no se pueden manipular...

Resumiré: con este caso de Enaitz (que no es un caso único en nuestro país), lo que me queda aún más claro que nunca es que hay mucho ornitorrinco suelto en cuyas manos un coche se convierte en un arma de destrucción masiva; que la TV manipula la opinión pública en pos del morbo y el share; que lo que hace falta en este país es una educación vial de la que adolecemos, desde el principio, desde las guarderías, para que sean cada vez menos los que conducen después de beber, para que sean menos los que se saltan “stops”y pasos de cebra con muñecos en rojo, para que todos seamos conscientes de lo que es un coche, y una bici, y para que no sigan muriendo niños de 17 años en las carreteras...

PARA TERMINAR

Unas palabras de I am the Walrus, de The Beatles:

“Sitting in an English garden waiting for the sun
if the sun don’t come you get a tan
from standing in the English rain”

Salud y Fuerza...